Carta abierta de David Aniñir a Rodrigo Rojas Director Escuela de Literatura Universidad Diego Portales (por carta en mercurio)

Fuente:

http://informativokwn.blogspot.com/


Señor Rodrigo

Presente:

Mi nombre es David Aniñir Guilitraro, he leído su particular carta al director echa en el diario el mercurio el lunes 11 de febrero. Esta me llegó a través de la madre de mi hija que la encontró casualmente. Ha de saber señor que somos poco asiduos a la lectura de ese medio, salvo excepciones cuando es preciso conocer la visión del dominio. Un medio que históricamente ha sido el ala de redacción del poder en este país. Pero no voy a quedarme -para su gusto- en sabidas rencilla de poder, con los detractores que existen en este país a ese medio es suficiente.

Llama la atención que un hombre de letras (o letrinas) ostente un cargo de tal envergadura en una institución de educación privada, aun así no es de sorprender que la educación privada y así tantas otras Prostituciones privadas (perdone la emoción) de este vendido país, mantenga en sus sillones a personalidades de su talla. Es triste sabe, que un célebre letrado apunte a este incipiente poeta de barrio y barro. Entiendo que prestigiosos escritores, poetas, dramaturgos, ensayistas de origen indígena -reconocidos por su creatividad literaria- son materia de estudio por sus obras en acreditadas universidades del mundo, penoso por usted sabe.


Ahora bien, no me he presentado completamente, perdone mi falta de educación. Soy obrero y escribo poemas, si, todos cargamos con un amor-odio, por lo visto usted sabe perfectamente eso. Bueno mi incipiente oficio obedece más a la entelequia histórica que se guarda en las entrañas de mi pueblo más que a un orden académico propiamente. Esta insipiencia escritural está inspirada en los grandes creadores de la poesía, la música y el arte popular de esta tierra, por ello no es casualidad que mis gustos por la tendencia punx sea una coraza construida en ese trayecto. Por mi estética no se preocupe, no tengo una cresta en mi pelo (para no espantarlo) sólo la actitud, esa hibridez compuesta por la soberbia de mis antepasados mapuche defendiéndose contra el winka y la molestia contemporánea, cuestión que usted desconoce por lo que leí.


Ahora respecto de lo subsidiario de la creación literaria y el arte indígena en general, creame señor Rodrigo Rojas que lamento recordarle que en nada debemos de agradecerle por todo ese chorreo de plata que drena de la maquinaria estatal. Si bien es cierto que este país se fue construyendo por `obra y gracia` a costa de las riquezas que nos han robado sistemáticamente (¡imaginese... que descaro no!!), a través de su breve historia de 200 años y que aún sigue vigente. Tal vez su sueldo sea pagado por esos grandes grupos económicos que han perpetuado su poder usurpando las riquezas de nuestro patrimonio.

Mi libro Mapurbe, independiente, autoeditado, no desmerece la posibilidad de ser editado por cualquier institucionalidad estatal, el botín debe ser grande como para no publicarme alguna vez no? Por lo demás nuestro discurso no tiene precio. Recuerda ese folckorismo en el imaginario social; “El pago de Chile”.


Respeto del Señor Villalobos, a quien conocemos desde nuestra infancia cuando la educación formal nos enceguecía con sus historietas, no cabe duda entender lo bien nutrido que está de este premio National de histeria. En la forma y el fondo tal cual como se ha fundado, fundido y forjado la historia oficial en este país.

Claro que si nos adaptamos, así lo supo Leftraru, gran estratega militar estudiado por los mismos germanos y otros grandes de la historia occidental que también se adaptaron y adoptaron las tácticas de nuestro épico Toki. Weno bien, es claro que ninguna cultura es estática sean estas por medios bélicos, económicos, migratorios y que en sus resabios de resistencia cultural vaya desarrollando nuevas formas. Así nos pasa señor, que cuando despertamos como weichafes sociales y culturales supimos de lo descontextualizado de nuestra humanidad mapuche, producto de lo que señalaba anteriormente. Situación que no escapa a nuestros hermanos Kechuas , Otabaleños , Kurdos, Mayas, Willliches o Vascos y por qué no mencionar a los mapunky y mapuheavy en Furoloche utilizando el Internet como otro caballo que cabalga en la Web. Obviamente que esta nueva generación mapuche no la encontrará en el mutismo tétrico de los museos, ni en los folckorismos de exportación puesto que nuestra reconstrucción identitaria aduce a la realidad que vivimos y que también evocamos en las rogativas a nuestros antepasados para proyectar el futuro, porque para avanzar lo hacemos distinto al monstruoso progresismo lineal, lo nuestro es circular y cíclico.


Señor Rodrigo Rojas (lamentable que lleve el emblemático nombre de otro weichafe social –Rodrigo Rojas Denegri- incinerado en dictadura por los lacayos del poder a quienes usted conoce mucho) me despido con gusto, con el gusto de estar más vivo que nunca, porque y esto me lo contó una mujer mapuche; “cuando las wevás duelen es señal de que seguimos vivos” y/o Cervantes: “si los perros ladran es señal que avanzamos”


Weno señor Rodrigo Rojas

Kambio y pewka


David Aniñir Guilitraro

Mapurbe



Santiago, 20 febrero de 2008

***************************


CARTA EN EL MERCURIO


http://blogs.elmercurio.com/columnasycartas/2008/02/11/mapuche.asp

***************************

Cartas Lunes 11 de Febrero de 2008 Mapuche

Señor Director:

Gracias al señor Villalobos me entero de que los mapuche no existen; perdón me expresé en mapuzungun, quise decir los araucanos. ¿En qué minuto sucedió? Seguramente fue por su capacidad de adaptación, tanto que les gustó el caballo, el hierro y ahora la internet y el Partido Separatista Vasco. Todas éstas son señales de que ha desaparecido su cultura. Por supuesto, sólo la nuestra, la cultura dominante, ese vástago casi occidental, tiene el privilegio de imitar al mundo industrializado y de cambiar para adaptarse sin perder su identidad. Lo sospechaba, pero no me atrevía a decirlo. Ahora que lo afirma alguien que goza de la autoridad conferida por los cartapacios de la educación formal, lo puedo repetir: el mapuche no existe.

Los libros publicados en esa lengua (en ediciones bilingües) son nada más que una moda étnica de autores como Leonel Lienlaf, Elicura Chihuailaf, Jaime Huenún, Jacqueline Canihuán, Adriana Paredes Pinda, entre muchos. Un albañil de Cerro Navia, David Añiñir, un día se levantó por la mañana y decidió convencer a sus padres, emigrados de reservaciones indígenas, de que él era mapuche. También fingió frente a sus vecinos que era un peñi, y ellos también venían fingiendo hace dos o tres generaciones, desde que instalaron su campamento en la periferia de Santiago-waria. Qué descaro, a ese albañil se le ocurrió escribir poemas con palabras mapuches incrustadas y al mismo tiempo declararse punk (¡un mapunky, imagínense!). Su libro Mapurbe también debe ser un capricho, y gracias a las tranquilizadoras palabras del señor Villalobos sabemos que habla de algo que no existe.


Rodrigo RojasDirector Escuela de Literatura, UDP

Comentarios

Entradas populares